Se cumplen 37 años del suicidio del presidente Antonio Guzmán


SANTO DOMINGO: La madrugada del domingo 4 de julio de 1982 se suicidó en el Palacio Nacional, el presidente Silvestre Antonio Guzmán Fernández, faltando 43 días para terminar su mandato.

Con una pistola calibre 38, el mandatario que asumió el poder en 1978 por el Partidos Revolucionario Dominicano (PRD),  decidió terminar con su vida y su mandato, por circunstancias que hasta hoy no están claras, a pesar de existir varias versiones del hecho.

En el libro “Memorias de un cortesano de la Era de Trujillo”, el presidente Joaquín Balaguer reveló que en enero de 1982, cuatro meses antes de las elecciones generales, se reunió “discretamente” con el entonces Jefe del Estado y su familia, en la Casa Presidencial de Sans Soucí, y que estando solos, entre otras cosas íntimas, el presidente Guzmán le expuso su preocupación por los posibles resultados de las elecciones del siguiente 16 de mayo, porque “le atormentaba sobre todo la posibilidad del triunfo en esa consulta electoral del doctor Salvador Jorge Blanco”.

Sin embargo, el periodista José Báez Guerrero, en el capítulo VI del libro “Guzmán, su vida, gobierno y suicidio”, pone en dudas esta versión del temor a Jorge Blanco y otras tantas opiniones que se han entretejido en torno a este suicidio, ocurrido la noche del 4 de julio de 1982.

De acuerdo al intelectual José Rafael Lantigua se infiere que las causas de la muerte del presidente Guzmán obedecieron a múltiples factores y no pueden imputarse exclusivamente a la indocumentada acusación de corrupción administrativa que los rumores atribuían a algunos de sus colaboradores más íntimos, ni tampoco a las alegadas amenazas proferidas por Jorge Blanco, a pesar de que, según Báez Guerrero, en cierto modo “’las presiones de su viejo rival, una vez era Presidente electo, lo afectaron profundamente».

Según el líder político Peña Gómez, Antonio Guzmán era un hombre obsesionado por la honestidad y limpieza de las actuaciones de su Gobierno, pero que recientemente “había tenido que apartar de sus cargos a algunos funcionarios cuyos nombres me ofreció, porque no habían respondido a la confianza que depositara en ellos”.

Antes de cumplir 60 días en el poder, promulgó la Ley de amnistía, que puso en libertad a centenares de presos políticos y permitió el regreso de decenas de exiliados políticos del régimen anterior.

Derogó una serie de medidas administrativas que afectaban el disfrute de las libertades individuales, dando paso al establecimiento de un ambiente democrático en el país.

En un discurso pronunciado el 22 de enero de 1979, delineó su política económica, la cual se enfocó en incentivos al desarrollo agrícola y a la agroindustria, como principal fuente generadora de empleo en la zona rural. También promovió medidas para la protección de la pequeña y mediana industria, la limitación de importaciones suntuarias, así como estímulos a la actividad exportadora y el aumento en la producción de energía eléctrica.

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