Conozca sobre el vaginismo



Santo Domingo.- “Cuando tengo sexo, siento como si alguien me apuƱalara”, dice Hannah Van de Peer. “Se ha apoderado de mi matrimonio, de mi capacidad para decidir cuĆ”ndo tener hijos”, explica una mujer que prefiere mantenerse en el anonimato.

Son dos testimonios distintos, pero con una condiciĆ³n comĆŗn: vaginismo.
La afecciĆ³n se caracteriza por un espasmo involuntario de los mĆŗsculos que rodean la vagina.
Un trauma o abuso sexual en el pasado o una respuesta al dolor fĆ­sico lo puede originar, pero en ocasiones puede suceder sin causa aparente, segĆŗn la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos.
Suele explicarse con un trauma del pasado, pero tambiĆ©n puede aparecer sin razĆ³n aparente.
“Suele ser comĆŗn en las primeras veces en las que se mantienen relaciones sexuales, y quizĆ”s todos lo hemos experimentado, pero las mujeres con vaginismo pueden vivir con ello toda la vida “, comenta la ginecĆ³loga Leila Frodsham.
“Para muchas mujeres es una condiciĆ³n que les cambia la vida. Muchas de ellas describen lo que sienten como si les cortaran o como si agujas punzaran la piel”, continĆŗa Frodsham.
“Yo fui a una escuela religiosa y me enseƱaron que las mujeres no podĆ­an sentir placer durante el sexo en absoluto, ya que podĆ­a resultar en un doloroso y sangriento desorden, embarazo o enfermedades de transmisiĆ³n sexual”, cuenta Van de Peer.
Y agrega: “Siempre me enseƱaron que perder la virginidad me dolerĆ­a. Y de hecho se siente como una barrera, como un cuchillo que se inserta y se gira en la vagina. Es realmente doloroso”.
Van de Peer comenta, ademĆ”s, cĆ³mo se avergonzaba de su dolencia, sintiendo que era “infantil” y que se sentĆ­a como si no hubiera realizado aĆŗn la “transiciĆ³n de niƱa a mujer”.
“Creo que la gente debe madurar y conocer que esto le puede causar a cualquiera “, continĆŗa Van de Peer.
El vaginismo, de acuerdo a la doctora Frodsham, forma parte de los trastornos del dolor sexual, que afectan aproximadamente al “7% de la poblaciĆ³n, y en mujeres que estĆ”n iniciando su vida sexual puede ascender hasta el 20%”.
“El sexo es complicado, no solo es fĆ­sico. CĆ³mo nos criamos, en quĆ© creemos y nuestras experiencias sexuales forman parte de cĆ³mo nos sentimos con respecto al sexo”, explica la doctora.
Reconoce, ademĆ”s, que muchos le preguntan si la educaciĆ³n religiosa tiene algo que ver en el vaginismo.
Haber sido criado en un entorno religioso puede influir en el vaginismo.
“Sin ninguna duda influye. Hay personas que crecen en ese tipo de contexto y no tienen ningĆŗn problema. Otros, sin embargo, son como esponjas y absorben todas esas seƱales y comentarios”, sigue Frodsham.
Y seƱala, por ejemplo, que la presiĆ³n de sangrar en la noche de bodas para demostrar la virginidad condiciona a muchas mujeres.
“Esa fue una de las cosas que me asustaba sobre el sexo. Vengo de un entorno musulmĆ”n, y aunque realmente no tenĆ­a que mostrar mi sangrado en la noche de bodas, siempre estuvo en mi mente “, relata tambiĆ©n la entrevistada anĆ³nima, a quien le pondremos el nombre de Amina.
“En mi noche de bodas, sentĆ­ cĆ³mo mi cuerpo se apagaba y ni siquiera podĆ­a abrir las piernas “, dice.
Ella lo sintiĆ³ como un dolor que quemaba, con los mĆŗsculos estrechĆ”ndose.
“Es difĆ­cil hablar sobre ello porque la gente no lo entiende. Se creen que estoy sobreactuando o inventĆ”ndolo “, lamenta Amina.
El vaginismo dificulta las relaciones sexuales de las parejas.
El vaginismo se puede curar, y para ello la doctora Frodsham recomienda masajear con el dedo la zona pƩlvica sin intentar introducir nada.
“Entonces, el suelo pĆ©lvico empieza a relajarse porque se siente mĆ”s cĆ³modo y las pacientes se dan cuenta de que la vagina es lo suficientemente espaciosa como para tener sexo.
“Llevo casada mĆ”s de cinco aƱos y creo que estoy mejorando”, reconoce Amina.
“A travĆ©s de la terapia he podido usar los entrenadores, a los que se les llama dilatadores y tienen distintos tamaƱos. No es fĆ”cil usarlos, porque no son cĆ³modos”.
“Creo que he progresado significativamente, aunque sigo encontrando difĆ­cil tener sexo con penetraciĆ³n, muy difĆ­cil. AsĆ­ que uso tampones y pequeƱos juguetes sexuales para ayudarme con la inserciĆ³n”, cuenta Van de Peer.
“Por el momento solo quiero ser capaz de superarlo y dejarlo atrĆ”s, olvidarlo y sentirme normal. Ser capaz de decidir cuĆ”ndo tener hijos y que el dolor deje de impedĆ­rmelo en el corto plazo”, desea Amina.
Hannah Van de Peer, por su parte, quiere tener el “sexo con penetraciĆ³n y disfrutarlo”, y tambiĆ©n ser capaz de caminar con un tampĆ³n mientras tiene su perĆ­odo.

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