Especialista revela que más del 30 % de los latinos padecen dolor crónico


«El alivio del dolor es un derecho humano, todos quienes lo padecen deben ser atendidos y tratar en medida de lo posible resolver estos problemas», expresó Guillén Núñez.
El dolor, dijo, es una respuesta a un estímulo nocivo sobre el organismo y cuando este se prolonga por más de tres meses se considera crónico y deja de cumplir un propósito útil.
En el marco del Día Mundial del Dolor, que se celebra el 17 de octubre, la doctora adscrita a la clínica del dolor del Instituto Nacional de Cancerología de México, recordó que en el mundo 1 de cada 10 adultos se ve afectado por este tipo de dolor.
Mientras que en los países de Latinoamérica esta cifra asciende a tres de cada diez.
La especialista explicó que alrededor de la mitad de quienes padecen esta condición se ven impedidos de caminar, hacer ejercicio, dormir adecuadamente y realizar actividades domésticas sencillas.
«Cada quien lo expresa de forma distinta, pero en mayor o menor grado la calidad de vida se merma y el dolor crónico puede llevar a la persona a perder su trabajo, su pareja, su estabilidad emocional», aseveró.
Los orígenes del dolor pueden ir desde el nivel muscular, hasta una infección o enfermedades como el cáncer, la artritis, fibromialgia y dolor neuropático.
Guillén Núñez explicó que aliviar el dolor «es un derecho humano» y es por ello que, en la medida de lo posible, la atención médica debe intentar resolver el problema cuando es agudo y de controlarlo cuando es crónico.
Aseguró que en muchos casos sentir dolor es inevitable, pero lo mejor es buscar la manera de mejorar la calidad de vida y la funcionalidad de personas de quienes lo padecen.
La base del tratamiento del dolor tipo crónico, dijo, es un buen esquema analgésico. Pero además, se debe buscar apoyo psicológico, terapia física y de rehabilitación, higiene postural cuando son problemas de los músculos, columna o articulaciones.
Pero lo más importante, apuntó, es llevar una vida más sana, alimentarse bien y hacer ejercicio en la medida de lo posible.
«Todos tenemos derecho a vivir de forma adecuada y libres de dolor. Lo más importante es que el paciente entienda que vivir con dolor no debe ser opción, porque vivir bien significa funcionar bien», concluyó.

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