Montero: “El Paladín que forjó la victoria del PRM”

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POR OMAR MEDINA
A medida que pasan los días en el hogar por la inacción que produce la parálisis del COVID-19 al país, hago un paréntesis para abordar brevemente los intríngulis ocultos que jugó el presidente provincial del PRM José del Carmen Montero en la victoria del actual alcalde electo del municipio Santa Cruz de Barahona, Milton Fernández.

Partiendo de esa premisa, se podría afirmar que con su influencia Montero desempeñó una tarea crucial  en la victoria del PRM. Se la jugó como un “campeón” de mil batallas, antes, durante y después de las elecciones del 15 de marzo, Montero solía explicar frente a su “batallón” de militantes y simpatizantes de que había que trabajar sin “desfallecer” porque el triunfo se avizoraba a la vuelta de la esquina y que los perremeístas regresarían del campo de combate (mesas electorales) galopantes y triunfantes con la antorcha de la victoria.
Montero es definido en el seno del PRM como el nuevo “Paladín del escenario político de Barahona”, por sus tácticas, destrezas y habilidades de trabajos que puso a prueba de “fuego” en todo momento para que el PRM se erigiera con todas sus fuerzas y desplazara a una administración, que con todo pronóstico, lucía obsoleta y cansada que se habría aferrada y acomodado a las mieles del poder durante los últimos 18 años al echar profundas raíces en la sede del Cabildo, al final, esa gestión cayó como una rama seca de jobo por los combativos vientos del PRM.
Pese a su jerárquica en la dirección del PRM, Montero trabajó de “hombro” a “hombro” con sus compañeros de partido por el triunfo de esa organización; en pleno trajín eleccionario mostró tenacidad y persistencia porque entendía que saldrían ganancioso, confió en los trabajos que llevaron a cabo “día y noche” con los dirigentes políticos de los barrios y sectores populares de Barahona, los cuales, se adhirieron a esa causa y la hicieron, prácticamente, suya como la única opción de vencer.
A Montero se le puede achacar que dirigió, sus huestes, prácticamente, faltos de caballerías, instrumentos y recursos económicos a que echarle mano, cuyas limitaciones, no fueron óbices para que se produzca lo que él se planteó, la derrota de aquel –Tavito Suberví- que una vez parecía a un invencible “Faraón”, pero que esta vez, ¡la suerte lo abandonó!.


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