SE LE FUE LA GUAGUA ¡Suspendan esas multas!

¡Suspendan esas multas!


Más que imponer multas por el no uso de las mascarillas para prevenir el contagio del coro­navirus, que muchos pobres y desempleados no podrán pa­gar, lo aconsejable es que el gobierno las sub­sidie.

Es decir, que asuma una buena parte de su costo para que sea más accesible al público, sobre todo a aquellos que no tienen recursos para abastecerse de ellas.
Prominentes juristas consideran que la im­posición de multas de 10,000 hasta 100,000 pesos, en base a la ley de Salud Pública, es cuestionable.
Más allá de si tiene o no fuerte asidero le­gal, lo más importante es incentivar el uso permanente de las mascarillas como arma eficaz de prevención frente al contagio del coronavirus.
El gobierno debería poner en marcha un programa de distribución gratuita entre los ciudadanos más pobres y contribuir a que los precios del mercado sean accesibles a todos.
Consideremos a las mascarillas como un producto de primerísima necesidad en estos momentos. Sistematicemos las campañas de orientación para que, de manera consciente y voluntaria, todos las utilicen en sus rutinas diarias.
Aplicar multas fuertes o practicar detenciones por llevarlas en lugares públicos es, en estos mo­mentos, una medida irritante y abusiva.
Lo razonable es que desde ya suspenda es­te tipo de coerción por uno de cooperación y provisión.

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