Luis Abinader actuó con innegable habilidad en lo relativo a la acción judicial contra exfuncionarios que se sospecha cometieron actos de corrupción durante el pasado gobierno de Danilo Medina, la cual se ha convertido en una creciente demanda de amplios sectores de la población.
Al desvincularse de dichas acciones y encargar totalmente de ellas a la procuradora general Miriam Germán Brito y sus asistentes, el Mandatario prácticamente se desvinculó de responsabilidad ante lo que pudiera pasar con los exfuncionarios y allegados al expresidente Medina.
Si hay acciones contundentes en contra de éstos últimos, la responsabilidad recaerá en Germán Brito y sus funcionarios, quienes por lo menos hasta el momento gozan de una imagen impecable. Y lo mismo ocurrirá si no las hay.
En ninguno de los escenarios, la culpa la tendrá Abinader. No se le podrá endilgar una cosa ni la otra.
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